Deseo de todo corazón que tengáis una feliz Navidad y que Jesús nazca en el corazón de toda la familia.
El Señor nos ha invitado, como hizo con los discípulos, a evangelizar, a anunciar el Reino de Dios. Por eso, os invito a todos, de una manera muy especial a los laicos de la Iglesia, a que anunciéis a Cristo, pero comenzad primero por la casa. Prácticamente esta ha sido la intención del papa Francisco, en su carta apostólica Admirabile signum, hablando del belén. La casa es el ámbito de una buena predicación, de un buen anuncio, ahí es donde uno realmente percibe las grandes cosas que luego vive y lleva en su corazón.
El papa Francisco utiliza el belén como un signo también de evangelización y nos invita a fijarnos en él, ahí aparece la historia de la salvación que hace bueno un mundo fraterno y más humano. Esa es también nuestra misión, nuestra tarea.
Una de las cosas que nos pide el Señor es que sepamos percibir que en el belén no se excluye a nadie, todo el mundo tiene su sitio, todo el mundo cabe en el belén: los marginados, los pobres, la gente que rodeó en aquel momento histórico a Jesús. Pensad que todo el mundo tiene su sitio. Tú también, nosotros también.
Pero reparemos en los Reyes Magos. Creo que este año nos pueden servir de modelo. Los Reyes Magos se pusieron en marcha desde lejos y todo para encontrarse con el Señor, con el Salvador. Son un modelo también para el hombre y la mujer de hoy, que andamos en búsqueda. Y no digáis: "No tengo tiempo", porque cuando hay alguien te importa, cuando hay una realidad que te llena el corazón, uno saca tiempo de todo, de todo absolutamente, para encontrarse con el Señor. La Navidad es un tiempo de encuentro, de gloria y de gracia.
Que la luz de la Navidad ilumine vuestras vidas y mantengáis una sonrisa permanente durante todo el año.
¡Feliz Navidad!
+ José Manuel Lorca Planes
Obispo de Cartagena